Inmerso en los espacios internacionales donde la creación artística está al margen de asuntos espúreos, este artista nacido en Ronda y vinculado desde hace tiempo a Granada, donde ya lo vimos en una magnífica exposición en el Palacio de los Condes de Gabia y en varias comparecencias en Sandunga, vuelve para ofrecer el testimonio de su acertada realidad fotográfica, mucho más abierta que la que puede aportar el asunto periodístico de la retirada de su fotografía de las calles vienesas. Carlos Aires es un artista a contracorriente, sabio ejecutor de un arte donde todo es posible para bien de unos pocos y desajuste emocional de bastantes. Su fotografía es distinta, feliz, abierta y provocadora de muchas inquietudes. Hasta Granada ha llevado un poco de eso que a él le gusta hacer para comprometer y cuestionar la realidad, aburrida y marcada por la pauta que la historia de los buenos nos quiere mostrar. En su fotografía los protagonistas no son actores, son personas que viven una historia real tangente a la que quieren que sea la única. Aires hace partícipe una realidad mediata, desajustada, inconformista dentro de la conformidad, abierta y cuestionable. En sus obras los mitos habituales pierden sentido, la historia asume una nueva naturaleza y la verdad deja su espacio a las medias mentiras. Sus personajes son héroes de una novela no escrita, caballeros de fortuna que rompen el hilo argumental de un relato escrito con tintas fácilmente borrables.
Carlos Aires
