Guillermo Lorenzo

Las Palmas de Gran Canaria, 1961

Presenta sus primeros trabajos en la Casa de Colón en 1984, hace ahora justamente veinte años. Una exposición de grabados y de pintura. Una disciplina, la pictórica, que desde entonces ha permeado gran parte de su trabajo. Una disciplina desde la que se alongaría, ese mismo año, al mundo de las artes escénicas. Lorenzo, futuro artista espacial y coral intuirá en su primer acercamiento a la escena – las escenografías realizadas para el VII y VIII Festival de Baile Clásico celebrado en el Teatro Pérez Galdós en 1984 y 1985 – algunas de las claves que se convertirán más adelante en sus señas de identidad: su íntimo carácter oficiante, la especialidad y ese lento desplegar de la liturgia que parece traído de no se sabe bien qué auto sacramental. Los ochenta son años de experimentación y tanteo y en 1986 participa en el Taller de Arte Actual impartido por Juan Genovés en la Sala San Antonio Abad. Un año después realiza su segunda exposición individual en la Casa de Colón.

En 1989 concurre en el proyecto La Huella del Hombre en el Centro Insular de Cultura. Éste mismo año se produce su primera aproximación al territorio Performance de la mano de Despedida en colores, realizada en uno de los enclaves que se convertirán en un leit motiv de su trabajo, el barrio de Vegueta. Pero será a partir de 1991 cuando Guillermo Lorenzo incorpore a sus acciones su componente electroacústico. Así, tras Arena, agua y color, Retablo nómada, Teldaora y Arena, agua y color el sonido se adueña de Desah y San Borondón. Compone “cuentos Naturales” para la compañía de danza contemporánea Contradanza en 1992, año en el que produce su primer concierto de acciones en el marco de las VII Jornadas de Música Contemporánea. Tres años más tarde presenta su Ballet vocal para la campaña del CEAR. La Galería Conca lleva sus últimos trabajos plásticos a ARCO 97.

En 1997 se presenta en el Conservatorio Superior de Música de Canarias, en el marco del Festival Internacional de Música Electroacústica uno de los trabajos más espectaculares de su formato en Canarias: Diálogos en San Borondón. En este trabajo y en 6/8 de hora para 6 pianos – de 1998 – el sonido, la danza y el color se conjugan para articular un nuevo modelo de celebración, un modelo sin parangón en ninguno de los artistas de su generación.

La Galería Saro León lleva su trabajo a ARCO 99. Se incorpora a Kaki Tree Project de Tatsuo Miyajima, proyecto presentado en el Pabellón de Japón de la 48 Bienal de Venecia en 1999. Realiza una acción homenaje a Juan Hidalgo: Las almas de Gran Canaria. Participa en el Festival de Música Electroacústica Punto de Encuentro de Madrid con Siete Mantras para siete chakras.

En 2002 participa en la muestra Radio de Acción en el Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) y en el proyecto Performando. En 2003 se multiplican sus acciones y performances como lento, lento, lento, lento, lento, lento, lento o Cumulatio Fracta y En danza del Mono, realizadas en las jornadas celebradas en el CAAM, Espacios Sonoros. Produce Gemelar, trabajo que se presentará en el CAAM y en el XII Festival de Música Electroacústica Punto de Encuentro de Madrid. Entres sus más recientes producciones debe reseñarse la acción llevada a término en el Gabinete Literario de Las Palmas, Violando al blanco y VII a tres, pieza integrada en el Concierto de Música Electroacústica Española de Bourges, Francia. Su Infografía sobre dibujo de tinta sobre papel es el cartel del Festival de Música de Canarias de 2005.